Nutrición para la inmunidad: qué alimentos incluir en la dieta. ¿Cómo hacer una nutrición adecuada para fortalecer la inmunidad?

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La capacidad del cuerpo para repeler ataques virales, resistir infecciones y soportar condiciones ambientales adversas se llama inmunidad. Una persona no puede sobrevivir sin defensa inmune. A pesar de la complejidad de los procesos inmunes, no hay nada complicado en fortalecer la inmunidad. Una de las reglas es proporcionar al cuerpo nutrición para la inmunidad.

Causas de inmunidad debilitada

Al nacer, a una persona pequeña se le da una fuerte inmunidad: esta es una ley de la naturaleza destinada a mantener la raza humana. En bebés y niños pequeños, tienen poderes inmunes colosales. Pero el tiempo pasa y con la edad se debilitan. Para algunos adultos, el período otoño-invierno se convierte casi en sinónimo de influenza, y cualquier brisa se percibe como una amenaza para la salud.

Resfriados frecuentes, fatiga constante, piel gris, cabello malo, problemas intestinales: todos estos son síntomas de inmunidad reducida. Las razones pueden ser diferentes:

• falta de sustancias necesarias para el cuerpo (vitaminas, minerales, grasas, ácidos, etc.);

• escoria intestinal, envenenamiento crónico con toxinas;

• mala ecología;

• ingesta incontrolada de antibióticos, incluso en ganado y aves de corral;

• la aparición de un foco crónico de infección, interrupción en el funcionamiento de los sistemas y órganos internos;

• modo de día incorrecto;

• falta de actividad física;

• malos hábitos;

• abuso de café, alcohol, refrescos, alimentos refinados y azúcar.

No es casualidad que la falta de nutrientes sea lo primero en esta lista. El postulado "Somos lo que comemos" se refiere no solo al problema del exceso de peso sino a la disminución catastrófica de la inmunidad en los humanos modernos. El problema de la nutrición es lo primero.

Con el fin de desarrollar las células necesarias para la protección contra un ataque constante, cada segundo de microorganismos agresores de una sustancia, el cuerpo necesita urgentemente, en primer lugar, una nutrición adecuada para la inmunidad. Necesita proteínas, fibra (carbohidratos), grasas, minerales.

Proteínas, grasas, fibra para inmunidad.

Esto no quiere decir qué sustancias son más necesarias para el sistema inmune. Las proteínas son importantes, porque es de ellas que el cuerpo recibe los aminoácidos esenciales a partir de los cuales sintetiza la inmunoglobulina. Son estos anticuerpos los que destruyen los microorganismos patógenos que han penetrado en el interior, contribuyendo a la restauración constante de las células.

Ardillas puede ser vegetal y animal El primero incluye hongos, nueces, algunos tipos de cereales, frijoles, y el segundo: productos cárnicos, pescado, aves, despojos, huevos, productos lácteos.

De las grasas Para la inmunidad, necesitamos aquellas sustancias que nuestro cuerpo no produce de forma independiente: estos son los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 y omega-6. La primera clase de ácidos alivia los procesos inflamatorios, fortaleciendo directamente el sistema inmune. Omega-6 fortalece el sistema inmune en general, contribuye a la eliminación de toxinas. Los ácidos grasos esenciales se encuentran en el pescado azul marino y en ciertos tipos de aceites vegetales.

Fibra necesario para que el cuerpo aumente la resistencia del cuerpo, garantice el funcionamiento normal del intestino. Es el intestino, curiosamente, el órgano más importante para el sistema inmunitario. Un intestino limpio, que funciona regularmente, poblado con microflora beneficiosa, asegura la eliminación oportuna de toxinas y evita la intoxicación crónica.

La fibra absorbe venenos, sales de metales pesados, otras sustancias nocivas y ayuda a su evacuación natural del cuerpo, ayuda a prevenir procesos inflamatorios. Encontramos un alto contenido de fibra dietética saludable en salvado, avena, frutas, verduras sin almidón, cereales y semillas.

Sustancias beneficiosas y bacterias para la inmunidad.

Entre las sustancias más útiles para el sistema inmunitario se encuentran el selenio, el zinc y el yodo.

Selenio - Un poderoso antioxidante natural que participa en la síntesis de anticuerpos para combatir infecciones. La nutrición para la inmunidad con un alto contenido de selenio debe incluir nueces secas, cereales, mariscos, champiñones. Hay selenio en la levadura de cerveza.

Zinc necesario para el funcionamiento normal de la glándula timo (timo), que es responsable de la producción de cortisol y la formación de células inmunes. El yodo asegura el funcionamiento normal de la glándula tiroides, que también produce hormonas importantes para el sistema inmunitario. Zanahorias, ajo, tomates, mariscos, leche, mariscos, huevos: proveedores de zinc y yodo.

Bifidobacterias y lactobacilos. - Estos son microorganismos especiales para la inmunidad. Forman condiciones favorables para el desarrollo de células inmunes, destruyen la microflora intestinal patógena, ayudan a los procesos digestivos y estimulan la producción de aminoácidos. La nutrición adecuada para la inmunidad debe incluir necesariamente productos con lactobacilos y bifidobacterias. Estos son productos lácteos fermentados, encurtidos caseros, kvas.

Para mantener la salud y la inmunidad fuerte, el cuerpo necesita volátiles. Este grupo de sustancias aumenta la capacidad del cuerpo para resistir infecciones. Los campeones en el contenido de productos volátiles son las verduras con olor (ajo, cebolla, rábano picante) y algunas bayas (arándanos, grosellas negras, cereza de pájaro).

Vitaminas para inmunidad

Un complejo vitamínico completo es la base de la salud. Por lo tanto, es necesario incluir en la dieta productos para inmunidad que contengan las vitaminas necesarias.

Vitamina c (ácido ascórbico) mejora la capacidad del cuerpo para resistir resfriados e infecciones, aumenta la síntesis de interferón y células inmunes, y tiene poderosas propiedades antioxidantes. Contiene vitamina C en cítricos, escaramujo, espino amarillo, plántulas de trigo, kiwi, arándanos, chucrut.

Vitamina D ayuda a resistir los resfriados y la hipotermia, además, es capaz de vencer la gripe y el SARS. Sin embargo, la peculiaridad de esta vitamina es que funciona con la participación de la luz solar. Es por eso que en invierno el nivel de vitamina D en el cuerpo cae bruscamente. De ahí los resfriados estacionales. El aceite de linaza y semillas de calabaza, las sardinas, la caballa, el salmón y la leche ayudarán a llenar la deficiencia de "vitamina solar".

Vitamina a (retinol) tiene propiedades antioxidantes, protegiendo el sistema inmune de bacterias peligrosas y las células de los radicales libres. Una gran cantidad de retinol en vegetales rojos y verdes (zanahorias, pimientos, tomates, espinacas, puerros), bayas y frutas de color naranja (espino amarillo, melón, albaricoque) y productos de origen animal (carne, hígado, queso, huevo, requesón, mantequilla).

Vitamina e (tocoferol) también es un antioxidante muy poderoso. Bloquea y alivia la inflamación, ralentiza el envejecimiento y contiene productos de inmunidad como nueces, aceites vegetales sin refinar, yemas, vegetales verdes, hígado y frijoles.

Un gran grupo de vitaminas B puede mantener la inmunidad durante los períodos de mayor estrés, ataques virales y también recuperarse rápidamente después de una enfermedad. Para recibir este grupo de vitaminas, debe comer pan integral, hierbas, arroz integral, plántulas de trigo sarraceno, huevos, semillas y nueces.

Los mejores productos para inmunidad

La nutrición adecuada para la inmunidad debe ser equilibrada y dirigida a proporcionar al cuerpo las sustancias necesarias para la síntesis de las células inmunes.

Los productos más útiles para la inmunidad son:

• miel de abeja fresca (contiene casi todos los nutrientes que el cuerpo necesita);

• nueces (proteína saludable);

• caldo de pollo (contiene muchos aminoácidos esenciales);

• carne de res cocinada con vegetales crudos, ajo (una fuente de proteínas y selenio, así como zinc y hierro);

• limones, kiwi, naranjas, chucrut (proveedores de vitamina C);

• tomates (tienen el licopeno antioxidante más fuerte);

• repollo rojo (contiene fitonutrientes, flavonoides, vitaminas, fibra);

• arándanos (un depósito de vitaminas);

• salmón, bacalao, atún, trucha (proporciona omega-3 y vitamina D);

• cereales integrales (selenio, zinc, fibra);

• aceite de linaza (omega-3 y omega-6), así como calabaza y oliva;

• brócoli, manzanas y frutas vegetales de color brillante (contienen quercetina, que contribuye a la producción de anticuerpos);

• ajo (contiene alicina, un antibiótico natural y volátil).

La base de la nutrición para la inmunidad son las proteínas, la fibra vegetal y los aceites vegetales esenciales. Incluyéndolos diariamente en su dieta, puede olvidarse de los resfriados, enfermedades graves, impotencia, retrasar la vejez y ganar longevidad activa.

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